Solo paseando[Dana O libre]

Un Día tipico por la noche, después de verme con Lucian decidí salir a dar una vuelta, para ver como andaban las cosas con los humanos, y si había algun buen candidato o candidata para ser transformado.
Ser el sublider no era facil, había que organizar a todos los Lycans, y los salvajes hombres lobo. Necesitaba un pequeño descanzo, despues de muchos siglos de actividad.
Pero no podia olvidar para nada lo que me orillo a llegar hasta donde estaba. Despues de caminar un poco, podia reconocer los olores de todos, nada fuera de lo común, pero me detuve a observar el cielo nocturno, como hacia muchos años que no lo veia, no me habia puesto a observarlo con tanto detenimiento.

Y de repente las imagenes empezaron a salir de mi mente, como unas memorias, desde que vivia tranquilamente en mi aldea, hasta convertirme en mata vampiros y posteriormente esclavo. Cuando me transforme en Lycan, ese dolor impresionante, senti que me quemaba por dentro y moria.

Baje la vista, algo llamo mi atencion, un olor peculiar, y me puse a ver de donde provenia ese olor..

La noche finalmente había caído sobre la ciudad, cubriéndola con su oscuro manto. Era la hora, tenía que salir de la mansión y enfrentarme al mundo nuevamente. Enfundada en mi traje ajustado negro, y mis botas altas de tacón, salí al exterior y caminé sin un rumbo fijo, esperando en cualquier momento la oportunidad de tener algún enfrentamiento, o de al menos toparme con algo interesante. Las últimas veladas habían sido muy tranquilas, y eso para alguien que efectuaba sus rondas en solitario como yo... era un auténtico tedio. Jamás pediría compañía, no necesitaba ningún tipo de distracción si llegado el caso tuviese que pelear con un licántropo... y tampoco quería volverme blanda. Toda mi existencia había luchado sola, y me había ido demasiado bien como para echarlo todo por la borda.

Mis pasos resonaban sobre los adoquines de la acera, intensificados por los tacones de mis zapatos, que maltrataban el suelo bajo mies pies. Yo seguía con la mirada clavada al frente, con porte altivo y expresión serena, esperando cualquier señal que pudiese indicar un cambio en mi entorno. Mirar a los humanos, decayendo por segundos aunque ellos no lo percibiesen, hacía que mi eterna vida fuese más que evidente.

Entonces lo percibí... ese aroma a animal, a salvaje... ese aroma que caracterizaba a hombres lobo y licántropos por igual. Había uno cerca, y eso hizo que todos mis sentidos de vampira se alertasen. Una de mis manos por instinto, descendió hasta mi muslo, palpando por encima de la gabardina donde estaba mi preciada ballesta.

El olor se hacia cada vez mas evidente, poco a poco se acercaba, un vampiro.
Lleve mis manos hacia mi espalda (ambas) y poco a poco saque mis katanas de entre mi gabardina negra.
Y accione el interruptor que le daba el halo de luz UV al filo de las katanas.
Esta noche era tranquila, pero desafortunadamente, alguien le quitaria eso. Como detestaba a los muertos, mi actitud tranquila se convirtio lentamente en rabia, mientras estaba esperando con las manos extendidas, empuñando mis armas.
Mis ojos pasivos cambiaron a un fuego interno identificando a mi objetivo, no le dejaria vivo.

Aparece de una buena vez.. maldito.. le dije.
Aunque casi nunca usaba mi forma lobuna, mas que con los vamapiros Elites y ancianos, ya no recordaba cuando fue la ultima vez que me transforme,. Hacia algunos siglos atras.

Y la sombra se hizo mas evidente, era una forma femenina, muy bella, pero por dentro era un mounstruo.
La observe y le dije.
Me arruinas la noche con tu prescencia dispuesto a esperar su ataque, para bloquearlo